¡Buenas! ¿Cómo están?
En País Difícil analizo de qué están hablando los medios que me gustan y los periodistas de los que se pueden sacar sospechas (de todos, pero me refiero a los que me inspiran ideas). Esta semana hay un tema sobre el que giran los análisis: la visita de la generala estadounidense Richardson a nuestro país y el lado oscuro de la luna.
Para empezar voy a decir que un país es como una familia (observamos fascinados nuestra oscuridad).
Hay un tema que me interesó mucho y sobre el que trata esta edición: la relación de Estados Unidos con Milei y la amenaza que representa China para ese país. Un escenario geopolítico que cruje y que puede hacernos temblar a todxs.
Para Horacio Verbitsky la relación de Milei con EE.UU es similar a la de la Junta militar en la guerra de Malvinas: “La confianza en Estados Unidos era desmesurada e ingenua, como la que hoy pregona el Presidente Milei, con idéntica retórica sobre la defensa de Occidente y sus valores”.
Algunas preguntas para ordenar:
¿Qué pasó en Ushuaia?
El Presidente Javier Milei viajó a encontrarse con la Generala Laura Richardson, que está al frente del dispositivo militar de los Estados Unidos para toda América Latina.
¿Por qué Richardson visitó Ushuaia?
Tres respuestas:
Para la embajada de Estados Unidos en Argentina: para “interactuar con personal militar local para conocer sus misiones y el papel fundamental que desempeñan en la salvaguardia de rutas marítimas vitales para el comercio global”.
Para Carlos Pagni: “Para construir una base integrada. Donde estarían también los Estados Unidos, la Marina norteamericana operando en el sur”. Gente, esto es largo, pero vale la pena porque Pagni da más precisiones: “Hoy en el mundo vuelve a plantearse una gran polarización. Tiene algún aire de familia con la Guerra Fría, es distinto, pero en algo se parece. Hay una gran tensión entre dos potencias: Estados Unidos y China. En esa tensión interviene otro país importante que es Japón, aliado de Estados Unidos, que también tiene una rivalidad con China, como otros países de Asia. ¿Qué pasaría si esa tensión escala y se transforma en un problema militar? Ahí aparece algo muy importante de lo que no tenemos del todo conciencia porque son temas muy específicos, que es el control del mar. El control del flujo de barcos de comercio y, eventualmente, de militares. Podríamos imaginar una hipótesis. Supongamos que hay una guerra y se bloquea el canal de Panamá. Ahí es donde adquiere una importancia estratégica el sur de la Argentina. La Marina argentina está pensando desde hace tiempo en una base logística de aprovisionamiento, reparación, también militar en Ushuaia. En un momento la quisieron construir y financiar los chinos, durante el gobierno anterior, y a partir de ahí se registró una presión extraordinaria del gobierno de los Estados Unidos para impedir esa asociación con China en el control del flujo naval del sur, que puede ser mucho más importante si en un escenario de conflagración militar hay una interrupción del canal de Panamá, que maneja Estados Unidos”.
Para Horacio Verbitsky: "Para presionar para que la Argentina construya con Estados Unidos ‘el Polo Logístico Antártico en Tierra del Fuego``, a poco más de 500 km de las islas Malvinas y puerta de entrada a la Antártida. Milei dio a entender que su construcción ya comenzó, por supuesto sin la imprescindible autorización del Congreso”.
Los chinos malignos: ¿nuevos nombres para bandas indies?
Atención porque en Neuquén tenemos una base espacial china que tiene un mito: allí se realizan tareas militares. ¿Quiénes sostienen este mito que me hace pensar en las armas de destrucción masiva que nunca aparecieron en Irak? El embajador estadounidense Marc Stanley por un lado y Richardson por otro. Y ahora pareciera que Javier Milei.
Veamos: antes de venir a Argentina, Richardson habló frente a senadores y diputados de su país. Lo cuentan nuestros editorialistas favoritos.
Primero Pagni: en esa exposición (Richardson) se refirió casi exclusivamente a dos fuerzas “malignas”. Un adjetivo que repitió hasta el cansancio. Se trata de China y Rusia. Se refirió, entre todos los temas que tocó, a dos cuestiones particulares: la base que los chinos tienen para la observación del cielo profundo en Neuquén, que Estados Unidos denuncia como base militar y los chinos aseguran que es una base solo científica, y la constitución de una base naval en Ushuaia.
Ahora Verbitsky: “Richardson destacó la importancia económica de los proyectos de China en el área de responsabilidad asignada al Comando Sur. En un periodo de cinco años, la República Popular firmó compromisos de inversión por 72.000 millones de dólares, mientras el Cuerpo de Ingenieros con el que cuenta Richardson, sólo dispuso para el mismo lapso 250 millones de dólares, casi 300 veces menos. Por eso, agregó, el Comando Sur pone el acento en la historia y los valores compartidos, como la democracia. Es decir, las vaguedades sobre las que peroró Milei, con un ridículo uniforme de camuflaje. De todas las obras emprendidas por China en el mundo, la más importante la constituyen, con una inversión de unos 5.000 millones de dólares, las represas de Santa Cruz Cepernic y Kirchner (o Cóndor Cliff y Barrancosas, por su ubicación). En el otro platillo de la balanza, Estados Unidos donó un viejo avión Hércules de transporte, que desde mediados del año pasado ya estaba alquilado a la Fuerza Aérea local. Milei lo recibió al día siguiente, en el Aeropuerto Newbery”.
Un datito sobre esto último, según la embajada de Estados Unidos: “La aeronave está valuada en aproximadamente 30 millones de dólares”.
¿De qué se trata ese Observatorio del cielo profundo de Neuquén?
La estación está instalada en Bajada del Agrio, una localidad de 800 habitantes en el departamento de Picunches, a 250 kilómetros de la capital de la provincia de Neuquén. Es la primera instalada por China fuera de su territorio.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) puede utilizar la antena para investigaciones propias y además tiene la posibilidad de instalar equipos en el predio para la realización de proyectos de interés para la Argentina.
Esta estación brindó soporte terrestre para que la misión Chang’E 4 descendiera en la cara oculta de la Luna en 2019, y a Chang’E 5, que exitosamente trajo muestras lunares de regreso a la Tierra en 2020.
El convenio para su construcción lo firmó CFK. El acuerdo prohíbe expresamente la utilización de las investigaciones para fines militares.
La construcción se terminó en 2017 durante el gobierno de Mauricio Macri.
Adorni, vocero presidencial, contó que, ahora, están revisando el convenio. Verbitsky agrega: “En una entrevista con la agencia Bloomberg, Milei dijo que ‘se están comenzando las negociaciones para hacer las auditorías y la inspección de la estación espacial’. Otra fuente oficial corrigió: ‘Visita, no inspección’. Todo claro, como es la costumbre libertaria”.
El periodista Pablo Coppari ingresó y confirma que se trata de una estación de observación dónde trabajan ingenieros chinos y argentinos y sirve para ver el lado oscuro de la luna. No hay armas, no hay pista de aterrizaje ni uniformados. Acá el informe que hizo para la TVP
¿Qué busca Milei con este acercamiento a Estados Unidos?
Para Verbitsky, Milei busca que “estos gestos de obsecuencia hacia Washington serán retribuidos con su apoyo en el FMI, algo que hasta ahora no ha ocurrido”. HV es insistente en sus columnas: el gobierno quiere un nuevo endeudamiento con el FMI por 15 mil millones de USD. Y siempre concluye lo mismo: El fondo no accede porque ve una falta de sustento político en el ajuste. ¿De dónde puede entonces Milei sacar USD? De la liquidación de divisas por la exportación de cereales y oleaginosas que para HV “será superior a la del año pasado, pero aún lejos de las de 2021 y 2022. Aunque no dejan de presionar por una nueva devaluación o una mejora en el mix cambiario al que se transan las operaciones, han comenzado a liquidar la cosecha gruesa”. Comparto un cuadro que publicó Verbitsky en El Cohete a la luna:
Antes de terminar algunos datos que suma Iván Schargrodsky sobre Richardson en Off the record en Cenital:
No se trata de una funcionaria de Gabinete del Gobierno estadounidense ni de un cargo similar. Incluso entre las visitas de alto nivel recibidas por el Gobierno argentino -que incluyen al secretario de Estado, Antony Blinken, y al jefe de la CIA, William Burns-, Richardson ocupa un lugar relativamente menor.
Tampoco destaca su lugar dentro de la estructura burocrática de Defensa. De los once Comandos que tienen los Estados Unidos, el Comando Sur es uno de los dos que recibe menor cantidad de financiamiento. El promedio de fondos que se le asignó en la última década fue de 200 millones de dólares anuales, de un presupuesto de Defensa que en 2023 rondó los 850 mil millones. Es decir, menos de la milésima parte. A partir de la presencia de China en la región, Richardson impulsa la ampliación del orden de ese presupuesto a cerca de 350 millones anuales
Preguntas de despedida: ¿Estados Unidos utiliza a Javier Milei para frenar a China en el cono sur? ¿Hasta dónde llegará su apoyo? ¿Será por esto que Milei se muestra tan confiado?